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sábado, 1 de septiembre de 2018

Temporalidad compartida

Las mujeres temporales en mi vida sólo vienen y se van, sin pertenecer, sin permanecer de más. Me acompañan mientras compartimos. Nos mantenemos activos. Nos ocupamos sin líos. Cortas compañeras de vida. Existimos en instantes fugaces; faltos de evidencia. Únicamente coexistimos en memorias. 

Si algo nos caracteriza es el reparo en discreción, una intimidad no pública aún cuando ni siquiera fuera de alcoba. Y es por eso que a ninguna quise más, con todas compartí distintas cosas aunque... es verdad que sí hay un par que trascendieron. Las marcas que dejaron siguen en mí, sí, algunas cicatrices y lesiones, pero también hay alegrías que aún me hacen sonreír.

Nuestra temporalidad; es el tiempo mostrado en mi muñeca o a veces en la de alguna de ellas, aquel que me recuerda hasta qué minuto debo estar. Que si bien no soy basto de mujeres para aquellas que existo en sus instantes, casi siempre soy yo, quien elije nuestra temporalidad.

Reloj de arena en blanco y negro
"Temporalidad en reloj de arena"

miércoles, 25 de abril de 2018

Obsequio latente

No conozco tu rostro pero conozco tu corazón. Es el mismo que late dentro de mí, el mismo que ahora me permite vivir. Que a pesar de nunca haberte mirado a los ojos de forma probable te entiendo mejor que nadie, y sé muy bien, lo dadivoso que tú palpitar puede ser. Con cada latir recuerdo disfrutar los instantes, recuerdo oler las rosas, recuerdo amar, recuerdo sonreír más seguido.

¿Qué con la vida tan efímera y la existencia material eterna? Ahora entiendo, nuestra huella de carbono puede ser algo más si se acompaña de trascendencia. Si somos un espectador o un actor, yo desde aquel día he sido lo segundo, y no hago más que ser la mejor versión de mí en cada momento. Me cambiaste la vida al tocarme, me cambiaste tras darme una segunda oportunidad de vivir.

Gracias por compartir conmigo algo más allá de tu corazón.

martes, 13 de marzo de 2018

Singularidad

Me perdí entre tantos destinos pero justo ahí te pude hallar ¿cuánto más perdida estabas? que en mí encontraste un camino. Me perdí entre tantos abusos, que nunca entendí si siempre fui yo la sustancia. ¿Pues es que yo era el más nocivo o por qué sólo en mi la dependencia?

Tú miraste en mis ojos más allá de tu reflejo. Discerniste algo especial y me enseñaste a verlo. Allí empezó todo. Logré un solo estilo, al fin, era único. Por primera vez en la vida, me volvía alguien singular.

Decidí abolir mis excesos. Comencé por dejar la pesca de arterias con arpón. También abandoné el polvo estelar, degrade su magia a falsedad, e incluso, me negué a las ansias por el humo; el vapor de mi tren 4/20 rumbo a los sueños.

Todo este tiempo me perdí entre los senderos, aunque, más bien, en realidad me perdí tratando de escusar al sujeto del espejo. Aquel a quien nunca miraba de frente y sentía vergüenza de él. Entonces TÚ, me hiciste caer en mente propia, en quién podía ser, lo que podía lograr. Me mostraste un auto-concepto que comenzó a gustarme.

Desde ahí... inconcebiblemente, y gracias a ti, de las mujeres en mi vida ahora ya sabía sus nombres. El tuyo había sido el primero que aprendí, y el de mi madre, el primero que con un perdón lo pude conjugar.

Gracias por haber sido ese complemento en mi singularidad.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Frente a las olas

Cuando volví a mi lugar seguro, todo parecía igual que siempre mas no era ese sitio existente en mis memorias, esta vez era el real. El mar se mostraba pasivo, relajante y armónico. Las personas coloreaban el paisaje con sus atuendos, no importaba si andaban a prisa o si habían decidido disfrutar de la playa caminando.

Un enfoque inclusivo existía. Los insectos reposaban sobre mi piel y no me incomodaba. Aporreados, saltaban los peces sobre el oleaje; el ciclo de la vida no era interrumpido. Entonces, paso a paso él se acercó con un compañero canino. Me había encontrado con parte de mi pasado, y tras cambiar palabras con él pude reparar un conflicto interno. Me agradó escuchar quién ahora es...

Después volví allí repetidas veces durante mi retiro. Disfruté de la pesca y la escritura por la mañanas. Por las tardes compartí con viejos y nuevos amigos nuestro antiguo hábito; sentarnos a escuchar las olas y conversar. Incluso, ayudamos a un remolino de mar a devolver un par turistas que le harían indigestión.

Sí, lo sé. Yo lo sé. En mi lugar seguro todo sucede a la vez.
"Atardecer en bahía principal de Acapulco"

domingo, 17 de septiembre de 2017

En el exilio

Nadie me conocía, nadie sabía lo que yo había hecho. Me encontraba en un oasis en medio de la nada, en una playa distante a mi hogar, allá, fuera de mi pasado y presente. Aparté los ojos de mi copa vacía y divisé el mar. Dos féminas se bañaban sin ropa, lucían alegres, eso me hizo cuestionarme "¿de qué escaparán?". Todos allí lo estabamos haciendo, todos habíamos huido a refugiarnos en ese exilio, ¿ellas, de qué lo harían?.

Decidí dejar de divagar. Suspiré para volver en mí, pero como el aire apestaba a hierba no pude hacerlo. Volví a tratar de enfocarme aunque ahora era la música extraña, sin importarles el apasible ronroneo del mar, subían el volumen irrumpiendo el ambiente. También, el constante intento por venderme pulseras me fastidiaba; mi asiento era rígido; la arena irritaba mi piel; y el sol, ahora se sentía como un infierno calcinante: azotando con su furia incluso a través del techo de palma. Cada vez iba agregando más cosas negativas, parecía que cualquier estímulo me molestaba, entonces, caí en cuenta, me pregunté, "¿y si quizás no es el lugar?, tal vez, ser yo mismo es lo que me incomoda".

La idea me mantuvo estático unos minutos. Pasé saliva, enjugué mi frente con una servilleta y me acerqué a la barra para pedir un trago más. Mientras esperaba una de las mujeres que había visto nadando me abordó por la espalda, ¿qué te trae por aquí?, preguntó con voz dulce y un acento francés. Dudé un momento en responderle o en simplemente ignorarla. Volví a suspirar, la miré a los ojos sin reparar en su piel desnuda y le dije altivamente "lo mismo que a ti". En seguida sentí su desprecio y disgusto mas preferí ignorarla, antes de irse dijo algo en su idioma con un tono hostil. Yo, sólo bebí mi licor de un golpe, y salí caminando hacia la orilla del mar en busca de otro lugar... 

Empatizar con alguien aún me seguía aterrando.

viernes, 20 de mayo de 2016

La no cierta pero entretenida vida secreta del inigualable señorito Trisha Valladares Lopez, narrada por Sr Sol

La producción fue cancelada, por temas relacionados con el pago de regalías al socio mayoritario...
Foto de niño enojado con traje de negocios
" Trisha Valladares  - Versión hombre de negocios cuadrado"

¡¡Dije sí y ni modo!!
Palabras inmortales del infante...

viernes, 5 de febrero de 2016

No quiero hablar de ello

Se acelera mi pulso.
Hay agitación con cada respiro.
Las manos reposan sobre mi pecho 
mientras me encuentro boca arriba.

Iracundo abro los ojos, 
me toma instantes discernir si despierto estoy 
o si soy sueño aún. 
No me pidas que lo parle.

Cuando me cobije en tu abrazo después del letargo. 
Cuando sobre tu piel retumbe mi corazón arítmico
 y mis labios sellados estén. 
No me pidas expeler palabras.

Esta lucha interna la llevo solo, 
no hay más nada que decir. 
Lo contrario a fantasías jugando a lo discreto. 
Una conversación que no quieres oír. 
Un dialogo que deseas no conocer.

Te pido callar sin cuestionar. 
Si supieras cada tópico en mis sueños, 
no volverías a verme igual...

jueves, 10 de diciembre de 2015

No soy escritor

Entre libros no vivo, entre letras deambulo.
Compiló caracteres sin sentido, 
los brindó en esas frases repletas de acepción.

No trazo las mentiras, genero fantasías. 
Si de verdades usualmente hablo quien me lee ya no las cree. 
Carezco de creatividad, con una realidad tan retorcida 
lo cierto en mí no aplica más que en la ficción de ti.

Fui falsedad. 
Derrotero carente de un destino claro. 
Profeta apócrifo que se atribuía la guía
hacia la redención interna.

Nunca eduqué, sólo mostré. 
De mí se aprendió poco o al menos lo que no hay que ser. 
Eso fui, ahora no más.

Cuando mis letras hablan los demás callan. 
Con poco ego o sin mucha estima, 
me lee quien se aburre de su vida.

Si se embisten con mi obra, lo sienten agresión 
cuando no estuvo designada en ellos. 
No lo busco para quien lo siente lo narro para mí.   

lunes, 21 de septiembre de 2015

El no rey interracial

Proxeneta diría que no. Padrote, sería deplorable. Veo más bien a mi persona como un líder a seguir, un ente al que culto se le debe rendir. 

No me comunico con palabras, normalmente no les gusta como uso mi lengua con ellas. Su idioma es muy distinto entre sí pero el gemido es igual entre las pieles negras y amarillas. No hablemos del chillido, aunque algunas parecieran aullar, todas se agotan el aire y pierden la voz mientras se privan.

La empatía si la entiendo pero no es algo en lo que crea. Se inclinan hacia mí y ruegan por su causa. Reverencias, postraciones, sumisión. Aún en dialectos yo no cedo y menos en vocablos muertos. Sea sobre el Corán, la Biblia o en la Torá, sus lágrimas que corren la tinta de las escrituras no me logran inmutar.

Si al final cuando las miro desde su sonrisa vertical, yo las veo casi igual. Labios gruesos por encima de delgados, barbas enmarañadas o ausentes, congestiones por saturación de fluidos. No hay más allá de lo descrito, que lo existente fuera del coño es sólo carne y hueso que estorba.


viernes, 30 de enero de 2015

Viejo, nuevo, prestado y azul

Siempre me pierdo mientras imagino cómo sería vestir mi propio dedo corazón. Aunque por la vida que llevo, nadie me toma en serio.

¡Pero qué va! en fin sólo es un viejo sueño ¿no?

Ahora lo que importa es que soy buena fingiendo ser. Anda, dime si cuando me miras no sientes la sangre forjando tu firmeza. Soy todo lo que no harías a tu prometida. Yo soy tu nueva fantasía.

Y justo es tiempo de tus rodillas al suelo poner, muestra respeto a la identidad que tomé prestada. Fija tus ojos en mí, repara en detalles, pues me observas en ese vestido blanco que ella usara en la boda, el cual por cierto aún no debías conocer.

Toca mi cuerpo con tus manos, se agresivo, ve directo pero házmelo arropada. Gírame, ponme en cuatro, expón mis glúteos al aire y cuando comiences a romper mis paredes con tu ariete, arrebata la liga azul que cubre mi pierna. No la querrás sentir más, que al terminar con lo que haremos... la fidelidad ya no te hará sentido.

Liga sexy y azul de vestido de novia para boda
"Liga azul de novia"

jueves, 6 de marzo de 2014

Shots literarios

Navega conmigo

Navega conmigo entre los sueños... sólo trae tu brújula, que yo ya he trazado el mapa.

Te invito a perdernos juntos entre el mar de fantasías, quiero contigo surcar la marea de nuestras ilusiones, anhelo encontrar las olas extraviadas en la imaginación.

Pero no olvides portar tu mejor vestido de gala, aquellas plumas negras celeste, que mientras cenaremos nuestros labios y aliento la bruma ocultará nuestro rastro, hasta dejar al aroma de tu piel tras el contraste de la prenda como huellas latentes para no extraviarte.

Arrumba conmigo por siempre hacia lo desconocido, que si en la deriva me extravío contigo, sé que no me va a importar...


Sin Nombre

En posición fetal y sobre el frío suelo del baño me encuentro. Continuo del retrete, donde por cierto vacié ya  el contenido de mi estomago.

En esta ocasión, no es causa del alcohol que ingerí en la noche previa. Es algo más, algo distinto, se acompaña de un dolor agudo tan extrañamente comparado a un puntapié en los testículos.

Y bien, si el dolor no es exquisito a falta de ser lo bastante sutil y sublime, aún lo defino con un suculento. Que posee abundante riqueza en sus matices del punzar, resulta tan basto en sensaciones hirientes.


domingo, 3 de noviembre de 2013

Muerte de vida en púrpura

Siempre en su hora. La muerte fría arribaba una y otra vez al campo de batalla, la muy suspicaz, refrescante se hacía sentir después del calor de cada vivir. Pálida de rostro y colorada de mejillas, maquillada venía gustosa que hasta portaba su mejor piel.

No retardaba a cumplir su labor. No hacía más que desprenderla del cuerpo que sufría; por mis manos, por mis ansias, por mi sed. La postraba a desvanecer. Sus funciones del ser excluía, en su ausencia, ya sólo era carne y hueso... resultado inanimado, ofrecido en homenaje a mi habilidad corpórea.

Así, entre sonrisas cortantes de suspiros robados era arrebatada de mis brazos, aunque de vez en cuando de entre mis piernas también. Pero lo que la muerte más apetecía era llevarla con quejidos causados por aquel mi objeto, el muy punzocortante, mismo con el que apuñalé indiscriminadamente su vientre.

Todo marchaba, todo andaba como debía, pero el tiempo entrometido comenzó a apresurar, hacía presente cada vez más consecuencias como aquella rigidez de un cuerpo post mortem. Su apuñalado vientre ya dejaba correr bastante vida, ensuciaba mi cuerpo, lubricaba la herida. Sus ojos hundidos y sus labios aún bastante rojos la hacían lucir suspendida en otro plano. Retenida en la brecha entre mirada perdida y la ausencia de luz. La muerte había ganado.

Recostada e inerte frente a mí, su cuerpo sin ánima me hacía observarla. Contemplaba mi calmo trofeo, hasta que… lentamente se comenzó a mover, refutaba su quietud. Obstinado cadáver activo, pensé. Pero extrañamente no me sorprendió su volver, ya nos era un hábito común morir y despertar. Tan empedernida acción que la practicábamos en repetidas ocasiones, algo ya inherente a nuestro lazo afectivo.

De ahí, como inhumanos e incomprendidos fuimos juzgados únicamente porque al mismo instante, la gente solía llamarlo orgasmo. Sin caer en cuenta que para nosotros no lo era así, siempre fue algo más, siempre fue algo, estrechamente ligado a una extensa variedad de pulsiones. Algo fortuito, exacto, adictivo. Algo entendido singularmente por ella y por mí… sin nadie más, sólo perteneciente de ella y yo.


domingo, 14 de julio de 2013

Amante de ti

Corro a tu encuentro en nuestro lugar especial, aquel escondido entre los vinos de jerez. Al llegar, te
 hallo oculta ante la tenue luz de la habitación. Luces tan bien, tan pasiva, tan sensual, aguardando allí
 en silencio por mí.

Sin decir nada, me acerco a ti y acaricio suavemente tu esbelto cuello. Después, a través de un ligero
 sonar me invitas a deleitar lentamente el momento, y yo sin objeciones sucumbo a tus encantos, pues
 adoro todo en ti.

Adoro el color de tu piel, tan cristalina y caoba, aun mejor que el de la miel. Adoro tu suave aroma, ese
 perfume tuyo cual ahora es mi idioma. Adoro tu dulce sabor, el mismo libar delicado retenido en mis
 labios con fervor.

Y con sutiles palabras que recaen en fanatismo, defino a cada virtud de tu existir como una 
provocación abocada a mi sentir, que, inexplicablemente, eso de ti inherente a la pasión me enamora
y me incita... a serle infiel.


Sueños comprimidos

Ella en un pequeño frasco traía mis sueños, presumía el poder. Hurtadora egocéntrica de fantasías.

Mis ojos se hundían, mi boca reseca anhelaba calmar su sed somnolienta, tanto así, que mi alterado cuerpo asemejaba a un saturado en taurina.

Ah, valla opresión, la perra no hacía más que orillarme a vender lo único que me quedaba ¿Y sólo por uno de mis sueños? Sí, sólo por uno de ellos, viaje astral sin restricciones.

Que aunque después de todo simples sueños son, siempre resultan de blanco lienzo psicótico, y yo, con un pincel bastante mórbido. De ahí que soy artista de letargos, experto escapista de inherente realidad.

¡Pero qué más! Pierdo mi tiempo, ya que tome mi carne, que devuelva mi mejor mente. No entiende que necesito soñar y crear, vivir sin despertar. Necesito ahora de eso, casi a tal forma en que ella necesita a lo itifálico.

Sólo quiero mi ausencia, que no se escatime mi reserva, que mientras yo me voy ella podrá hacerme venir.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

La dama dormida

Caminé hacia el mar, sabiendo que iba a encontrarla. No sabía como sería, pero al verla, entender que era ella se daría solo.

Crucé con cautela sobre la arena, paso a paso abandoné cada huella como rastro. Y no me apresuraba, no había razón, ella estaría ahí.

Deambulé por horas, el Sol caía en el horizonte, se hacía uno mismo con el océano. Fue que al llegar al borde visible en la bahía, me encontré frente a un muro de rocas.

Al verlas, tome la decisión de no detenerme, que algo dentro de mí necesitaba indagar, saber, descubrir, su lado opuesto antes de la luz del astro perder.

Escalé, piedra a piedra. Quería encontrar mi destino, allí, en ese justo instante, en ese preciso momento, sin postergar, pues el tiempo caía, apresuraba mis ansias.

Llegué a la cima y al fin la vi… musité su nombre sin siquiera conocerlo. Era ella, solo ella. Entonces descendí presuroso la pendiente, sin precaución, dispuesto únicamente a estar a su lado.

La miré fijamente y con afecto a los ojos, pude intuir que me esperaba. Quería mirarme antes de la Luna ascender, y yo, estaba ahí, total y absolutamente para ella.

Tomé a mi dama varada, mi dama casi dormida, la tomé con mis manos, y sin importar cuanto desbordara de mi piel, la abracé.

Se sentía tranquila, logró mirarme en los últimos instantes de la puesta cromática. El Sol se ocultaba, se llevaba con él sus suspiros. Los hacía más lentos, más profundos, más hermosos.

La tomé una vez más entre mis brazos, sin importar que desbordara de mi piel. Me preparé para dejarla ir, me preparé para aceptar que la brisa no cesaba de rogar su ser…

Antes de partir, abrió sus grandes ojos cristalinos. Pude reflejarme en ellos, supe que parte de mi moría con ella. Suspiró una última vez, llenó sus pulmones de aire, y cerró los ojos al partir con el ocaso…

Así fue la primera vez que vi a mi dama dormir, nunca olvidé su belleza. Sin ser más que un cetáceo varado después de la tormenta, resultaba todo para mí. Inmensa, majestuosa, perfecta, y al mismo tiempo, inerte.

Así fue que nunca dejó de despertar en mis sueños, realmente se quedó conmigo, y me dejaba verla dormir una y otra vez, antes de que yo despertara. Así fue, así fue…

sábado, 6 de octubre de 2012

Prisión de notas

Esa pieza no dejaba de sonar en mi cabeza a pesar de nunca antes haberla escuchado. Parecía tener vida propia, retumbaba una y otra vez con mayor intensidad. De pronto, la respiración comenzó a faltarme, conforme corría el tiempo se hacía más difícil retener el aíre en mis pulmones. Mi vista se nublaba, mis sienes y mi corazón palpitaban agresivamente. Fue inevitable lo que sucedió, apenas pude dar unos cuantos pasos más y me desvanecí frente a un pórtico.

Desperté y ella estaba ahí, justo delante de mí la más prestigiosa pianista. Me sonrió con ternura y pronunció en mi oído “te estaba esperando”. Una sensación paralizante se apoderó de mí, no supe qué pensar. En seguida ella me levantó para después colocarme frente a su piano y me dijo “toca, yo te diré las notas”.

Por extraño que fuera, comencé a seguir sus instrucciones. Plasmé cada nota que sus labios reclamaron hasta convertirlas en la más hermosa de las sonatas. Quede maravillado, era la misma melodía que retuve en mi mente, entonces supe que tendría que ser mía. Sin mayor preámbulo ella ofreció obsequiármela pero antes, necesitaba estar segura de mi compromiso con la pieza. Hicimos un pacto. . .

Dibujo de nota musical con colores de fondo

jueves, 23 de agosto de 2012

Le perteneces a la noche

No quiero que bailes, no quiero que cantes, no quiero que rías. Por ahora guarda la calma y el silencio, quiero escuches algo más que sólo a tu cuerpo.

Aparentando entre mentiras llegaste a mí, aunque bien sé, qué es lo que tratas de hallar. Pretendes que crea que no esperas algo especial, pero ambos sabemos que hoy algo diferente deseas oír.

Guarda la calma y el silencio. Apaga la luz de una vez mas no cierres las cortinas, deja a los destellos del nuevo Sol entrar, que en pocas horas habremos despertado entre brazos.

Calla y escucha el suave roce de mis manos sobre tu piel. Calla y escucha a nuestros labios besarse. Calla y escucha la percusión, de este corazón bajo mi pecho. Presta atención a esos detalles que nunca tomas en cuenta, que es por eso que estás aquí conmigo.

Hoy te daré caricias y cariño, haré cambiar tu destino. Así que bien disfruta esta vez, que después de este momento nada habrá sucedido. Sólo una prueba te dejaré, y esa será tu linda sonrisa al despertar.

No me importa ser tu escape, de ti soy tu respiro. Ámame en este instante que no te voy a retener y sé que tampoco te vas a quedar. Después de todo, tú le perteneces a la noche...

viernes, 10 de agosto de 2012

* Mientras tus ojos me hablan (Erotismo - labios rojos)


Cuando me miras de esa forma sin censura, llamas mi instinto, corrompes mi cordura. Y sólo pienso en arrancarte las prendas que te cubren, desgarrarlas con fuerza, dejando a un lado la delicadeza.

Ferozmente ansío tomar tu ropa interior entre mis manos, muero por despojarte de ella, así, sin sutileza ni mesura. No voy a gastar en suavidad que después de tu mirada, la gracia quedaría muy corta…



martes, 5 de junio de 2012

Memorias de guerra por la media noche

Demencia, paranoia, crisis, lo más cercano a describir mi estado mental, y sin embargo las palabras son muy dulces para expresar lo que me aqueja.

Mi cabeza gira, el sudor escurre por mi frente, me hace falta la respiración. Entre mis sueños se pronuncian los nombres de aquellas victimas mías, se acrecienta mi culpa. Y durante la media noche me vuelvo vulnerable, quedo a su merced.

¿Por qué? pregunto yo a Dios. ¿Qué acaso no en la guerra, reclamar esencias ajenas no es lo correcto? Estoy seguro es valido, que de eso siempre se ha tratado todo esto. Entonces si mis actos fueron puros ¿por qué me siento tan sucio?

Jamas toque a un inocente, sólo hice lo correcto ¿o no fue así? ¿Qué acaso esta mierda no fue en tu nombre? peleé por ti, entregue mi vida a tu fe, a cambio obtengo culpa en mi ser. De haber sabido que me abandonarías, yo te habría hecho lo mismo primero...


jueves, 26 de abril de 2012

Déjate perder (Erotismo - labios rojos)

Hazlo, no lo pienses. Dame lo que tienes para mí, dámelo todo. No quiero pensar en consecuencias, no quiero pensar en un mañana, hoy no importa lo demás, que justo ahora lo eres todo para mí. 

Conforme caen las manecillas nos hundimos más en lo profundo. Me ahogo entre tus besos, sofocas mi aire, robas mi aliento, devoras mis labios, y me haces desearte como nunca. Me fascina.

Necesito más de ti, necesito más. Esto ya no puede parar, no te detengas y sigue, falta mucho para que termine. Rompe mis prendas, sólo estorban. Agita mi corazón, desgasta mis manos, desgárrame la lengua a mordidas. Hazlo ya, no lo pienses.
No respetes mi espacio, olvida la censura, desnúdate, deja aun lado tus secretos, que esta noche quiero vestirte de piel y caricias. Quiero recorrer cada detalle de ti, cada rincón que escondes del Sol. Para mí, no tendrás nada que ocultar.

La ropa en el suelo que se apila en montañas, reposa junto a nosotros. De pronto, las sabanas parecen llamarnos, ansiosas por ser nuestros testigos. Pero ya no quiero recostarme más, pues ahora cualquier lugar resulta ideal, o al menos parece que eso piensas mientras te ayudo a tocar el cielo. Si que lo haces, mientras te sostengo entre mis brazos y tus pies se suspenden libremente por el aire.

Amo que me mires con los ojos cerrados. Amo que te aferres a mi espalda para no caer. Pero lo que más amo, es que me digas todo con una sola vocal…



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