Proxeneta diría que no. Padrote, sería deplorable. Veo más bien a mi persona como un líder a seguir, un ente al que culto se le debe rendir.
No me comunico con palabras, normalmente no les gusta como uso mi lengua con ellas. Su idioma es muy distinto entre sí pero el gemido es igual entre las pieles negras y amarillas. No hablemos del chillido, aunque algunas parecieran aullar, todas se agotan el aire y pierden la voz mientras se privan.
La empatía si la entiendo pero no es algo en lo que crea. Se inclinan hacia mí y ruegan por su causa. Reverencias, postraciones, sumisión. Aún en dialectos yo no cedo y menos en vocablos muertos. Sea sobre el Corán, la Biblia o en la Torá, sus lágrimas que corren la tinta de las escrituras no me logran inmutar.
El Arjona del erotismo, habla... O escribe sin decir nada.
ResponderBorrarEl texto se lee sin decir algo, que el contexto es quien te da la historia sobre la cuál divagar...
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