jueves, 7 de abril de 2011

Retribución (Robado a Luna)


Mátalos, destrúyelos,
Todos uno a uno.
Que caigan,
y que rueden sus cabezas.

Solo venganza, adiós dolor.
Que sientan lo que sientes...
 ahora ya somos dos.

Grita fuerte, llora y corre.
Ve por todos… poséelos.
Tú eres más, tú eres mejor.
No pueden contigo.

Disfruta el momento,
disfruta su dolor.           
Has que sepan por qué lo haces.

No temas que estoy aquí.
Corre conmigo,
y acabemos con todos.
Tú no necesitas a nadie más.

Hazlos que te escuchen,
hazlos que escuchen sus llantos,
y tú solo escúchame a mí.

Tu voluntad,
y sus ganas de vivir.
Serán…
su única esperanza.


Basado en un poema de la hermosa Luna... (Derechos de autor robados)

jueves, 31 de marzo de 2011

Juega a morir (Fragmento de Caras sin rostro)

8:15 PM El reloj designa el momento
Estoy en la cima de un acantilado dejando que el frio viento me invada. Puedo observar el final del horizonte, donde no existe división entre el mar y el cielo oscuro. Sé que si ahora estuviera aquí solo, disfrutaría con mayor intensidad este momento… pero no es así, basta con girar la cabeza un poco y darme cuenta de que estoy acompañado. Únicamente me reservo a escuchar el todo, bebiendo lentamente un vaso de Vodka, disfrutando su sabor y notando variaciones en su medida.

11:28 PM El cielo marca el tiempo.
Es fantástico… es fantástico saber que puedo morir en un instante. He me aquí frente al precipicio, menos de 10 cm me separan de la muerte. Jugando entre las rocas, saltando, balanceándome, caminando, todo cerca de caer. De nuevo siento ese éxtasis que viene cada vez que juego con la muerte. Todos los presentes me miran con temor. No pueden aceptar la idea de mis actos, saben que un paso en falso me separa de la muerte y aun así no temo a fallar. Es inconcebible como la gente como ellos no quiere morir realmente, más del 70% de los suicidios no logra su cometido, y de estos solo el 5% fueron anulados por externos, todos los demás fueron intentos ineptos. Solo un pequeño porcentaje de estas personas, pierde el miedo a la muerte y viven para ello. Entonces siempre me pregunto ¿Miedo a la muerte?, ¿Por qué?, si la muerte nace contigo. La muerte es lo que da sentido a la vida.

Sueña y distorsiona la realidad (Fragmento de Caras sin rostro)

3:24 PM El reloj ha hablado.
Llego a casa y solo deseo dormir. Dormir disminuye la interacción humana, aunque espero recordar algo al despertar esta vez. La gran mayoría de las veces la situación logra tornarse muy extraña, incluso en algunas ocasiones, despierto con restos menores de sangre en las manos y en la cara. Nunca sé cómo llegan ahí. Al dormir demuestras lo que realmente eres, sin mascaras ni engaños, por eso me intriga saber el porqué de la sangre.

Esta vez pude lograr lo que tanto anhelaba y sin embargo no tengo satisfacción alguna. Mi sueño… un sueño que puedo recordar al fin.

He me aquí frente a la puerta de mi cuarto como si todo fuera a terminar al abrir. No hay nada más que  solo la puerta y lo que logra rodearla, todo lo demás es blanco y no hay nada más allá. Todo es silencio, el silencio pronostica lo peor. 3:47 AM marca el reloj y al abrir la puerta no cambia nada en la habitación. Solo puedo observar mi cuerpo yaciente y dormido encima de la cama y enfrente de la cama una sombra asemejando el cuerpo de una persona, como si esperara tomar una decisión. De pronto sin titubear se posa sobre mi cuerpo en la cama inclinando sus rodillas, gateando lentamente, para después observar mi rostro fijamente. No puedo distinguir su cara puesto que la oscuridad lo evita, tal como si no tuviera rostro alguno. Entre sus muñecas muestra una daga rota, la cual desliza suavemente encima de mi rostro dirigiéndola hacia mi estómago, realizando sutiles cortes en su trayecto. No puedo hacer nada, no puedo defender mi cuerpo yaciente, estoy inmovilizado, condenado a observar el fin. Decididamente clava la daga dentro de mi abdomen atravesando el estómago, desgarrando la carne y rompiendo la piel. Mi cuerpo yaciente se encuentra tenso, como si estuviese sin vida desde antes de comenzar a ser destruido. No puedo evitar que suceda, solo observo como la daga atraviesa mi cuerpo varias veces sin seguir un patrón,  de un lado a otro, una y otra vez , cada apuñalada con más intensidad que la anterior, salpicando con sangre la cara de mi asesino. Arrebatándome la vida con sus manos, y tomando mi alma como trofeo. No puedo evitar oír sus risas, no puedo evitar sentir odio y repulsión, no puedo olvidar su huella de sadismo. Solo puedo hincarme dejando caer mi cuerpo, destinado a observar el espectáculo donde soy protagonista. El miedo me invade. Ya no quiero mirar los restos de sangre expulsados en cada apuñalada. Todo se torna extraño y no puedo seguir mirando. Únicamente deseo bajar mi cabeza y que lo demás termine. De pronto todo se torna gris invadiendo la habitación, cubriendo el espectáculo, cubriendo como toman mi vida. Todo se comienza a borrar lentamente. Aun consigo escuchar las risas. Todo se torna oscuro y permite que lo demás desaparezca.

7:15 PM El tiempo se detiene.
He abierto mis ojos y esta vez algo cambia, lo primero que observo es una silueta encima del televisor, es muy estética. Es la silueta de un zorro. No puedo mirar su cara, ya que la oscuridad invade la habitación. La poca luz que entra al cuarto proviene de afuera y termina antes de lograr tocar su rostro, se detiene justo al terminar su pecho. Siento que me observa, solo está parado ahí arriba de mí, donde es más que yo, como si esperara algo de mi ser. No sé si es un sueño, aunque no parece serlo. Después de haber dejado de importarme a mí mismo las cosas no han tenido mucho sentido, he sido regido por juegos que mi mente crea, tal como las lagunas mentales que aquejan mi cabeza.

Después de un parpadeo todo se ha ido.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Las palabras vienen por mí

He me aquí tratado de escapar de mi propia historia. Esta se ha convertido en un monstruo, exige atención y reclama ser escrita hasta el fin. Me cuesta trabajo no ceder ante sus deseos, ya que ataca mi mente sin piedad y continua haciéndome perder la cordura. Ya ni siquiera  puedo distinguir entre lo que escribo y lo que vivo. ¡Me está absorbiendo lentamente!
Los diálogos de la historia, no son más que el reflejo de mis experiencias pasadas. Al volver ser recitadas, estas cobran vida en mi ser, transportándome así a diferentes emociones encontradas dentro de mi mente. ¡Tengo miedo de esas palabras! ¡tengo miedo de que vengan por mí! ¡tengo miedo de que traten de regir mi alma, en un intento por vivir fuera de las letras!
Algunas personas se han sentido victimas de pensamientos agresivos que esta les emana. La historia intenta destruir a casi todos sus lectores. A las personas que no destruye, las intenta absorber con el fin de usarlas como títeres y con esto lograr la tan anhelada vida real. Primero las atrae con su poesía sadica, después juega con su estado de ánimo identificando así quienes son dignos de portar con su causa. Una vez que encuentra a sus fieles, se introduce en su cabeza, guiando sus movimientos a través de las reglas impuestas por guiones.
"Viene por ti debajo de la piel de las letras." Una frase un tanto extraña, pero me obliga a reflexionar al respecto.


El miedo que me invade al escribir es lo que ha incitado a la historia a querer devorar todo a su paso, incluso incluyendo a aquel que le dio la vida. Nunca me han importado las demás víctimas de esta, el problema es que ahora ya no me presenta respeto. Caí tan bajo que me he puesto al nivel de sus presas, y ahora hasta mi propia historia sin rostro intenta derribarme. Todo empezó a salirse de control gracias a que he jodido mi propio refugio, cada vez que escribía algo nuevo en la historia, recordaba el rostro de ella... ¡Pero ya no lo hará más! Hace poco asesine la parte de mí que figuraba esa debilidad, dejandola caer desde tan alto, que al alcanzar el fondo pereció.


La única forma de no ser destruido por el monstruo de tinta, es no mostrar debilidad ante esta. No hay forma de destruir la historia, más que eliminando todo rasgo tangible de que existió. Pero me reusó a brindarle un único alojo en mi mente, ya que deseo que salga a hacer el cometido por el cual fue creada. Es un monstruo que deje salir, y lo hice por que no quiero que siga viviendo en mí. Solo trato de sacarlo por completo, para enfrentarlo a los ojos. Sé que no volveré a mostrar temor ante él. Haré que este muera dentro de mí, al igual que lo hice con aquel recuerdo de ella. 


El monstruo de "Caras sin rostro" morirá, y estaré ahí para verlo. Las letras serán su cuerpo plastinado, en el cual podre admirar lo que fue y a la vez sabré que ya no podrá dañarme. La mirare de frente y escupiré en su lienzo de letras. Una vez fuera de mí, aprenderás a temer al fuego y a las gotas de agua.



Extrañamente puedo jurar incluso con mi vida, que este escrito es real.

martes, 22 de marzo de 2011

Necesito más de lo que expreso

Te sientes triste, con falta de ánimo y no quieres aceptar tu realidad. Te obligas a tener que salir con tus amigos a algún club nocturno. Prefieres salir con ellos sin aceptar que la razón real de tu salida, es conseguir amor. Te escudas en que solo quieres sexo fácil, pero dentro sabes que necesitas sentirte deseado… necesitas sentirte sentimentalmente importante para alguien más. Llegas al club tratando de expresar lo mejor de ti, buscando una mirada de interés entre los rostros de las chicas presentes. Comparas tus opciones y decides arriesgarte por la mejor postora, pero aun así no suprimes las demás oportunidades, dentro ti tienes miedo de quedar solo al final de la noche.
Miras los ojos de una de ellas, fingiendo que hay química entre ambos.  No te interesa pensar si aquel objeto necesita también de alguien más o si solo quiere divertirse, prefieres apegarte a la ilusión de que eres especial. La observas detalladamente mientras la invitas a bailar. Al admirar su cuerpo te das cuenta de que no tienes a una mujer enfrente, solo estás viendo a un trozo de carne con el cual trataras de saciarte. La besas un poco mientras bailas, ignorando así sus defectos. Después de probar sus labios, reconsideras tus opciones. A veces decides terminar la canción y seguir con otro objeto, si es que tienes el lujo de portarte exigente. De todos modos al final te da igual quien sea, solo no quieres estar solo en la noche. Tomas en mente a la chica más segura en compartir contigo, fijando tu atención en ella. Sigues ingiriendo alcohol, como si lo necesitaras para decidir arriesgarte con aquella mujer. Únicamente bebes, para poder justificar tus acciones después. Inicias a besarla otra vez y dejas que la noche continúe su rumbo.
Abres los ojos a la mañana siguiente, volteas a un costado, y te das cuenta de que has intimado con alguien que ni siquiera te gusta un poco. Lo peor es ese bajón emocional, que te produce saber que necesitas de aquella persona a tu lado, para sentirte amado. Muchos lo llaman sobriedad, pero la verdad es que va más allá. Es un sentimiento de vacío, que te obliga a dirigir unas palabras a aquella persona antes de despedirte, con tal de tratar de aminorar la carga emocional que llevas dentro. Es cruel saber que mientras más vacía es tu vida, más tiende a pesar.
Ya no quieres necesitar sentirte amado, ya no quieres necesitar a alguien más. La necesidad te ha doblegado tanto, que ya no juzgas al objeto que te puede brindar amor. Sabes que has estado con menores de edad, has tocado la mujer de otro, incluso has compartido con quienes te provocan asco. Nada de esto te importa al final, con tal de sentirte amado. Necesitas poder empezar a amarte a ti mismo. Necesitas tener una razón, que te haga sentir que vives. Solo sabes que no quieres seguir así, pero no encuentras otra forma de sobrevivir. Sé que a veces te preguntas, si de verdad vale la pena vivir.
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