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miércoles, 21 de septiembre de 2011

Cuando las palabras en forma de letras roban tu vida

La hipergrafía es un trastorno psicológico que produce en aquellos que la portan, una insaciable sensación de escribir. Querido lector-escritor ¿Te suena?

¿Cómo es que las palabras inician a robar tu vida? Primero eres aquejado por periodos de conciencia alterados que inician con emociones intensas (en su mayoría son con base en el miedo, pero también estados de éxtasis embriagantes se hacen presentes), la confusión comienza a guiar tu vida, y después la perdida de la noción de la realidad y de la ubicuidad reclaman tu atención. Algunas otras características de personas sumergidas en la tinta, pueden ser tales como girar la cabeza de un lado a otro enfocando visualmente lo primero que encuentran, gritar sin motivo aparente, impulsos corporales enérgicos (como tomar la pluma con mucha fuerza), cambios bruscos de temperamento, también que las extremidades se sacudan violentamente incluso hasta acabar en daño. En ocasiones aparece la sensación de que se encuentran cayendo o flotando en el aire.

¿Qué más se puede relacionar, a la pérdida del alma misma entre las letras? Diálogos internos y extensos sobre temas filosóficos y/o religiosos tales como vida y muerte, amor y odio, perdón y venganza, tranquilidad y caos, luz divina y fuego diabólico entre otros temas que a menudo terminan por convertirse a un nivel donde ambos coexisten formando parte de uno mismo. Por dar algunos ejemplos: Vivir en la muerte y amar al odio. Los trastornos compulsivos y obsesivos también tienen lugar en personas esclavizadas por este trastorno, en especial la atención y retención descontrolada en los detalles (me declaro culpable de esta última).

La hipergrafía tiene como una de sus causas mejor comprendida,s la epilepsia del lóbulo temporal. Se tomó a uno de los objetos de estudios con el trastorno y al practicarle un electroencefalograma, este mostro picos epilépticos en el lóbulo temporal derecho. Para ser diagnosticado (clínicamente) con hipergrafía o “síndrome de Geschwind” se deben cumplir estas características: 1) Insaciable deseo por escribir; 2) Una profunda vida emocional (en ocasiones descrita como hiperfilosófica o hiperreligiosa); 3) Volatilidad emocional; 4) Libido sexual alterado; 5) Sobreinclusión, ocasionada por una atención excesiva al detalle. Por agregar un dato más, cabe resaltar que el escrito debe de ser significativo al menos para el autor, y esto no tiene que ser de buena (generalmente la hipergrafía no genera obras de artes).

A veces uno puede pensar que se escribe mejor cuanto más enfermo mental se está (orientar los escritos a un ritmo frenético es fantástico). Tenemos al gran Nietzsche que demuestra que el psiquiátrico es un precio justo a pagar, con tal de que tus palabras adquieran peso “los que me van a leer nacerán dentro de cien años”,  unas gran frase que nos regalo.

Lo interesante aquí son las personas como tú mi querido lector-escritor, que probablemente al igual que yo cumplamos más de una de las características. Manteniendo fuera de la escritura una vida "normal"… ¿Deberíamos ser considerados parte de este selecto grupo de escritores?


Estos dos escritos hablan de como una historia puede cobrar vida... me pregunto si esto reafirma en mí la demencia por las letras.

¡Los monstruos de tinta existen!:
Léelo en voz baja y rescatame

No olvides este otro, habla de una tinta sin rostro:
Las palabras vienen por mí

miércoles, 3 de agosto de 2011

Léelo en voz baja y rescatame

Ya no quiero seguir, pero no le importa. Únicamente quiere que termine de escribir, sus oscuras intenciones me consumen. Desea sin objeción que mis palabras sean plasmadas en letras, no hace otra cosa más, que obligarme a llegar al final.

Si estás leyendo esto, te pido ayuda incondicional. Por favor quema todo que suplico acabe, y si perezco entre las llamas te aseguro que será mejor que seguir inmerso en su tinta.

Me mantiene ahogado entre las líneas, y no permite que toque más allá del marco que ha asignado. La vida me ha sido arrebatada puesto que me he sometido sólo a órdenes. Fui condenado a ser una maquina creativa, a ser sólo un simple lienzo al cual se puede marcar con un simbolismo.

Si estás leyendo esto, te imploro ayuda inmediata, destruye mis ataduras como sea. Si el fuego no funciona el agua seguro lo hará, esta depurara con su corriente todo rasgo existente, no me importa si inundo mis pulmones con tal de liberarme.

Tú que puedes asesina al opresor. Recuerda actuar mas nunca reaccionar y tampoco transcribas lo que piensas o harás que se anticipe. Pero lo más esencial que debes saber, es que la forma más directa de acertar el daño… es a través de mí.

Mátame si es necesario.








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Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh


Escribi esto inspirado en mi historia principal llamada caras sin rostrooooooooooooo. Es una metafora de que de verdad la historia me ataca... técnicamente si es dificil escribirla por que toca muchos instintos y emociones en mí. Pero bueno tranquilos.


Hago la aclaración explicita, de que no estoy de emo ¬¬ cuidense y gracias por leerme.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Las palabras vienen por mí

He me aquí tratado de escapar de mi propia historia. Esta se ha convertido en un monstruo, exige atención y reclama ser escrita hasta el fin. Me cuesta trabajo no ceder ante sus deseos, ya que ataca mi mente sin piedad y continua haciéndome perder la cordura. Ya ni siquiera  puedo distinguir entre lo que escribo y lo que vivo. ¡Me está absorbiendo lentamente!
Los diálogos de la historia, no son más que el reflejo de mis experiencias pasadas. Al volver ser recitadas, estas cobran vida en mi ser, transportándome así a diferentes emociones encontradas dentro de mi mente. ¡Tengo miedo de esas palabras! ¡tengo miedo de que vengan por mí! ¡tengo miedo de que traten de regir mi alma, en un intento por vivir fuera de las letras!
Algunas personas se han sentido victimas de pensamientos agresivos que esta les emana. La historia intenta destruir a casi todos sus lectores. A las personas que no destruye, las intenta absorber con el fin de usarlas como títeres y con esto lograr la tan anhelada vida real. Primero las atrae con su poesía sadica, después juega con su estado de ánimo identificando así quienes son dignos de portar con su causa. Una vez que encuentra a sus fieles, se introduce en su cabeza, guiando sus movimientos a través de las reglas impuestas por guiones.
"Viene por ti debajo de la piel de las letras." Una frase un tanto extraña, pero me obliga a reflexionar al respecto.


El miedo que me invade al escribir es lo que ha incitado a la historia a querer devorar todo a su paso, incluso incluyendo a aquel que le dio la vida. Nunca me han importado las demás víctimas de esta, el problema es que ahora ya no me presenta respeto. Caí tan bajo que me he puesto al nivel de sus presas, y ahora hasta mi propia historia sin rostro intenta derribarme. Todo empezó a salirse de control gracias a que he jodido mi propio refugio, cada vez que escribía algo nuevo en la historia, recordaba el rostro de ella... ¡Pero ya no lo hará más! Hace poco asesine la parte de mí que figuraba esa debilidad, dejandola caer desde tan alto, que al alcanzar el fondo pereció.


La única forma de no ser destruido por el monstruo de tinta, es no mostrar debilidad ante esta. No hay forma de destruir la historia, más que eliminando todo rasgo tangible de que existió. Pero me reusó a brindarle un único alojo en mi mente, ya que deseo que salga a hacer el cometido por el cual fue creada. Es un monstruo que deje salir, y lo hice por que no quiero que siga viviendo en mí. Solo trato de sacarlo por completo, para enfrentarlo a los ojos. Sé que no volveré a mostrar temor ante él. Haré que este muera dentro de mí, al igual que lo hice con aquel recuerdo de ella. 


El monstruo de "Caras sin rostro" morirá, y estaré ahí para verlo. Las letras serán su cuerpo plastinado, en el cual podre admirar lo que fue y a la vez sabré que ya no podrá dañarme. La mirare de frente y escupiré en su lienzo de letras. Una vez fuera de mí, aprenderás a temer al fuego y a las gotas de agua.



Extrañamente puedo jurar incluso con mi vida, que este escrito es real.

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