3:47 AM El reloj impone la hora.
Despierto de nuevo en la habitación y ahora todo es extraño. No sé cómo llegue aquí, no tiene sentido. Hace tiempo que me dejo de importar todo, fue ahí cuando perdí la noción de ubicuidad y ahora lo único que me indica donde estoy, es el tiempo... él nunca miente.
Esa sensación de que algo pasara, no me ha abandonado. Pero solo quiero dormir, así que trato de despejar mi mente. Miro fijamente el techo, y me doy cuenta que la luz cada vez es menor en el cuarto. La oscuridad invade de nuevo la habitación. Mi mirada se torna perdida como si no estuviera yo ahí, así que mejor cierro los ojos. Al cerrar los ojos un pensamiento me invade… no estoy solo. Sé que al abrir los ojos él estará ahí, lo puedo sentir.
Los ojos abiertos están ahora y él está ahí parado donde es más que yo. La oscuridad se vuelve más densa y la aprovecha para ocultar su rostro. A pesar de que volví a parpadear, esta vez no se va. De pronto él inclina su cuerpo hacia delante dejándolo caer en picada, puedo ver su cola ostentosa acercándose a mí, moviéndose lentamente de un lado a otro. Sé que subirá a la cama, y por fin se resolverá esto. Lo mirare fijamente a los ojos y sabré lo que desea.
Con un salto se posa encima de la cama, se sienta en la orilla de esta, e inclina a un lado su cabeza en signo de admiración. Yo aún no consigo ver más que solo siluetas… el alcohol que está dentro de mí reclama su precio, y la oscuridad también se torna cómplice en la situación. Pero él hace la diferencia y posiciona su cara dentro de la luz...
Con un salto se posa encima de la cama, se sienta en la orilla de esta, e inclina a un lado su cabeza en signo de admiración. Yo aún no consigo ver más que solo siluetas… el alcohol que está dentro de mí reclama su precio, y la oscuridad también se torna cómplice en la situación. Pero él hace la diferencia y posiciona su cara dentro de la luz...