Y yo lo hice igual, dancé con mi pluma por encima del papel.
Cada paso lo convertí en una letra,
plasmé sus huellas como se habrían marcado sobre la arena del mar.
Mi coreografía inspirada en la obra de un hombre y su retrato,
nacida en sus dedos que danzaban a través del piano.
Sí. Es por Wilde que entendí nunca dejas de danzar,
sólo lo haces con distinta parte del corazón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Usa tus palabras. Derriba mi orgullo o acrecienta mi ego, no importa, ambos resultados alimentarán mis ansias por escribir.
No me hables de aquello que ya sé o de eso que crees deseo oír. Hazme saber qué sentiste al leer cada párrafo, dime la forma en que mis letras lograron tocarte.
Y si acaso te domina la duda por saber qué es lo que pienso, no preocupes, siempre voy a responder tras leerte.
Capta mi atención... ¿puedes?.