sábado, 27 de agosto de 2011

Dádivas de Ángel (Escrito 3)

He me ahí a las afueras de un psiquiátrico. Uno de mis mejores amigos es médico, y al saber de una historia lo bastante inusual como captar mi atención, no dudo en hacérmelo saber. Su ética profesional se corrompió por primera vez y lo mejor es que no pudo negarse a ceder, con total de saldar una deuda pendiente conmigo. Únicamente me dio 15 minutos a solas con ella… cabe resaltar que esta vez mi objetivo fue una mujer. Hago énfasis en su género ya que nunca me había interesado en la vivencia de una dama… es decir por más que la sociedad lo contradiga, los hombres presentamos emociones más intensas aunque no con tanta frecuencia.


Tuve que aguardar horas escondido entre los escombros de un almacén, dentro de los muros que rodean al hospital. Y anticipo que nada de lo que tuve que pasar importo, desde un principio sabía que todo valdría la pena con tal de obtener una auditoria de aquella persona dueña del relato. Lo más excitante es que el hospital funge como una prisión, todos sus huéspedes han probado lo que es manchar sus manos de sangre y el hecho de saber que si alguien me atrapaba todo hubiese acabado, me dio fuerzas para arriesgarme aun más.

Espere hasta ver la señal de mi amigo y entre al hospital. Continúe recorriendo los pasillos mientras burlaba el sistema de seguridad con ayuda del médico. Seguí haciendo esto durante unos cinco minutos y cuando me di cuenta, ya estaba sentado frente a la joven mujer. Su nombre era Estefanny, y lo primero que note al verla fue el vacío en sus ojos, ya ni siquiera podía distinguir entre la realidad y los sueños solo balbuceaba con que tarde o temprano despertaría de su pesadilla. Inmediatamente reclamo un sentimiento de nostalgia en mí, yo también sé lo que es no poder distinguir la sutil línea que separa la ilusión de la realidad, y tener que estar destinado a vivir en un áspero letargo de ensueño. Pero la diferencia entre ella y yo, es que su frágil mente estaba aquejada por narcóticos, brindándole una apariencia de muerta en vida. Después de un momento dirigió su mirada fijamente a mi rostro  sin decir nada, inclino la cabeza hacia su hombro derecho y trato de ver mi alma a través de los ojos. He de decir que me sentí asechado por el frio en su mirada pero supe era normal para alguien en su condición, así que respire profundamente, retome la cordura y entonces me atreví a pedir lo que me llevo hasta ella… su historia.

Al escuchar mi petición lo primero que hizo fue preguntar qué le podría ofrecer a cambio de sus palabras, solo sonreí y le dije que le ofrecería de nuevo la vida fuera de las celdas… a través de mi escrito. Me sentí mal al principio, pero siempre he creído que el fin justifica los medios y a pesar de la culpa que me aquejo, sé que no le mentí ya que ella dentro de su demencia de verdad creyó en la vida dentro de los versos. Si he de confesar algo sería que yo también creo en que la tinta en forma letras puede llegar a tener vida… una vez fui atacado por una historia sin rostro. Cuando la chica supo la posibilidad de escapar de los cuatro muros, pude comenzar a escuchar el relato tan anhelado.

Estefanny tenía entonces 22 años, cuando su vida cambió drásticamente. Llevaba 6 meses de labor en su primer trabajo, acababa de concluir la carrera de Químico Fármaco Biología, y había terminado una relación sentimental de 5 años. Su labor era ser representante de una empresa dedicada a la creación de fármacos enfocados al sistema nervioso y dentro de una de las convenciones a las que asistía, conoció a un hombre que capto su atención… un médico anestesiólogo. El medico era un hombre de  35 años, bien parecido y con una actitud de poder. Ella no pudo ocultar la atracción que sentía hacia él, gracias a la poca experiencia que tenía en temas como este y una vez que el hombre lo percibió, comenzó a cortejar a la joven dama. Al principio ella no se sentía cómoda, era difícil dejar atrás la marca de dolor que había brindado su pareja anterior, entonces tuvieron que pasar algunas semanas para que decidiera dejarse cortejar por el romántico hombre. Le agradaba recibir los detalles que encontraba del apuesto pretendiente, pero ella sabía que tarde o temprano tendría que afrontar la decisión de continuar al siguiente paso o no. Trato de evadir este pensamiento y así continuo durante meses, únicamente regalándole en ocasiones un beso en la mejilla como recompensa.

Un día Fernando el apuesto pretendiente invito formalmente a Estefanny a una cita, y ella no tuvo más remedio que aceptar. Una vez en la cita el hombre se portó increíble, realmente fue un caballero tanto así que Estefanny había tomado la decisión de comenzar a compartir su vida con él, es decir después de todo ya se había ganado una oportunidad. Comenzaron a brindar y la chica comenzó a beber demás gracias a la alegría desenfrenada que sentía, su acompañante no se sintió cómodo con eso y pidió amablemente a la joven que parara de beber. Ella un poco molesta por el comentario, tuvo que reflexionar y se dio cuenta de que aquel hombre de verdad se preocupaba por su bien estar y cayo aún más perdida en el amor por él. Después de que las horas transcurrieran a través de un platica amena, Estefanny le pidió que la acompañara a casa por unas cosas y después podrían salir a bailar. El hombre un poco indeciso termino accediendo por las insistencias seductoras de la joven, y así fue que en un par de minutos se encontraban dentro del departamento el cual estaba muy cerca del restaurante.

El joven insistió en esperarla afuera de la casa, mientras ella entraba por sus cosas y después poderse ir rápidamente a algún club, pero ella no acepto la idea con agrado y comenzó a presionar al hombre a entrar a casa. Una vez dentro ella ambiento el lugar con un poco de música ligera y sirvió un par de tragos más, él nuevamente no quiso aceptarlos pero ella pidió de favor que solo brindaran una vez más antes de partir… lo que el hombre no sabía es que Estefanny había alterado la bebida con una sustancia desinhibidora. Después de unos minutos de haber ingerido la bebida, esta tuvo efecto haciendo que el hombre perdiera la cordura… así que se dejó caer ante la seducción de la hermosa chica. Estefanny danzo de un lado a otro suavemente, aumentando a propósito el deseo del hombre, comenzó a hablarle sutilmente al odio y a morder ligeramente sus labios, mientras desabrochaba su camisa. Era de esperarse lo que continuaría… pero sin embargo sucedió algo que no era predecible.

Estefanny y el hombre se habían despojado de toda su ropa, y entonces fue cuando ella entendió lo que había provocado. La culpa ataco a la chica sin experiencia en amor, ya que nunca lo había hecho de nuevo desde aquella primera vez. El hombre sin darse cuenta de lo que paso por la mente de su amada, siguió tocándola y besando su cuello con delicadeza una y otra vez. Ella lo único que hizo fue colocar la mano en el pecho del hombre y lo empujo. Él inmediatamente se sorprendió quedándose estático unos segundos… analizo la situación y entonces entendió que la chica se había arrepentido. Simplemente no pudo aceptar la idea del rechazo a estas alturas, así que el odio se apodero de él y solo deseo continuar sin importarle lo demás. Tomo fuertemente las muñecas de Estefanny y le giro los brazos por detrás de la espalda, sometiéndola en el suelo. Ella comenzó a gritar fuertemente pero fue en vano, parecía que el hombre estaba poseído, había dejado salir aquel animal que todos llevan dentro, cumpliendo sus mas bajos instintos con euforia. A pesar de tener un cuerpo bastante atlético ella no pudo hacer nada contra aquel hombre maduro, y esta vez su belleza tampoco pudo ayudarla. El dolor y la impotencia fueron insoportables para la inestable chica, tanto que su cuerpo no pudo soportarlo y la dejo desligar su mente de lo físico, permitiéndole refugiarse en un lugar donde nada podría tocarla.

Una vez que el shock abandono el cuerpo yacente de la joven, supo que tenía que hacer algo. Levantó su cuerpo desnudo del frio suelo, se dirigió directamente a un buro en su cuarto y tomo una de las jeringas que había guardado para una ocasión especial. Regreso con paso firme y con la mirada perdida hasta la sala, donde aquel hombre sentado en un sillón aún se vestía. Ella lo miro fijamente por la espalda, camino despacio disfrutando el momento, y aprovechando que sus pies descalzos no delataban las pisadas incrusto fuertemente la jeringa dentro del cuello de aquel monstruo, vertiendo así todo el contenido de esta. El hombre reacciono bruscamente, pero no fue suficiente para evadir la anestesia que ella había incrustado en su cuerpo. Una vez que la bestia cayo inconsciente al suelo, ella se recostó en el piso sobre su piel desnuda y se dejó perder de nuevo en un shock… tuvieron que pasar unos minutos para que volviera en sí. Una vez que fue dueña de sus acciones, decidió que no quería pensar en lo ocurrido y fue a tomar un baño, el hecho de sentirse sucia no la dejaba estar tranquila.

Al salir del baño se vistió lentamente, aun sin estar segura de la decisión que tomo dentro de la regadera. Termino de vestirse, respiro fuertemente, tomo dos jeringas más de su buro y camino de nuevo hacia la sala, llego ahí y observo fijamente el rostro de su agresor para después escupir en este. Fue entonces cuando se dio cuenta que no había marcha atrás en su decisión e incrusto ambas jeringas a la vez, vertiendo de nuevo todo su contenido. Para cuando las jeringas habían cumplido su propósito, ella ya estaba aún más destruida que cuando comenzó a hacerlo. Por primera vez en su vida había presenciado una muerte, y aun peor ella había sido la asesina.

Decidió tomar la vida de aquel hombre por la culpa que sentía hacia sí misma, bien se dio cuenta que pudo evitarlo de varias formas pero ya era demasiado tarde, así que aquella vasca debía pagar. Cuando las cosas se calmaron realmente se dio cuenta de lo que acababa de hacer. Eran las 11:30 pm y sabía que lo primero que tenía que hacer era desaparecer el cadáver, así que tomo el teléfono y llamo a su mejor amigo, quien trabajaba en la morgue de un hospital. Su amigo se sentía aún más nervioso que ella pero no pudo negarse a las palabras de su amiga… debían desaparecer el cuerpo.

Cuando llego el amigo a casa, Estefanny ya había envuelto en plástico al hombre. Empezaron a cargar el cuerpo a través de los pasillos y escaleras del edificio hasta llegar al auto. Subieron la evidencia al asiento trasero y Oscar el mejor amigo, condujo directamente hasta el hospital sin cruzar palabra alguna con Estefanny. La presión podía sentirse en el aire, el nerviosismo los acompañaba y la culpa indudablemente los apuñalaba sin tregua. Así que Oscar comenzó a conducir más rápido cada vez, ignoraba las señales de tránsito y pasaba los semáforos sin detenerse. Estefanny no presto atención en él pues estaba tan cegada que solo quería eliminar al cadáver y acabar con sus problemas al fin. Una vez que se incorporaron a una vía rápida la lluvia se hizo presente pareciendo que el cielo quería soltar sobre ellos toda su furia. Oscar apenas podía ver a través de la lluvia y fue obligado a disminuir la velocidad. Cuando Estefanny se dio cuenta de que iban más lento comenzó a presionarlo para que aumentara la velocidad, él prefirió ignorarla pero era casi imposible. La presión aumentaba conforme pasaba el tiempo, y de pronto justo saliendo de la vía rápida el auto derrapo hasta colisionar con un árbol.

Después del choque la primera en despertar fue Estefanny, analizo la situación y se dio cuenta de que afortunadamente habían disminuido la velocidad, así que el impacto no había sido muy fuerte. Miro el auto y solo se dañó un poco la parte frontal, después giro su vista a su amigo y vio que se había golpeado la cabeza con el techo… estaba inconsciente. Recapacito las cosas y volteo a ver al cadáver, que ya estaba en el suelo del auto. Al analizar la situación, de nuevo la crisis se reclamó sus pensamientos y lo único que pudo pensar fue seguir conduciendo hasta el hospital, así que movió el cuerpo de Oscar y lo puso en el asiento donde ella venia sentada. Una vez que lo coloco en su lugar comenzó a dirigirse hacia el hospital.

Llegaron al hospital mientras la fuerte tormenta que ocultaba sus pasos. Oscar despertó oportunamente al arribar e inmediatamente reconsidero las cosas, fue entonces cuando se dio cuenta que no era buena idea desaparecer el cadáver. Estefanny eufórica grito sobre su rostro replicando fuertes palabras que fungieron como órdenes “No llegue tan lejos para que te arrepintieras ahora, vas a bajar y cargaras conmigo el cuerpo hasta el horno. Estas tan hundido en esto como yo” él solo pudo bloquear sus pensamientos y reacciono ante las ordenes de la dama. Al llegar al punto de control Oscar mostro el rostro y el policía del hospital abrió las rejas permitiéndoles el paso.

Arribaron a la sección de descargas y entonces la parte trasera de auto fue abierta por Oscar desesperadamente. En seguida comenzaron a llevar el cuerpo hasta su destino. El cadáver parecía aún más pesado que cuando lo subieron al auto… “tal vez ahora también carguemos con la culpa” fue lo que Estefanny pensó. Ella ignoro sus pensamientos y continúo cargándolo junto con su cómplice por los pasillos traseros del hospital, hasta escuchar la risa de alguien dentro de la morgue. El pánico se apodero de ambos, ya que se suponía que a esas horas y con la lluvia intensa nadie estaría dentro de la morgue. Oscar decidió entrar solo a la sala y se encontró con su compañero mirando una película, quien había decidido quedarse en guardia con tal de no salir por la lluvia. Inmediatamente Oscar intento persuadirlo a retirarse a una recamara dentro del hospital donde podría dormirse y que él cubriría la guardia, con tal de que su compañero descansara. El compañero no acepto la oferta, pues quería terminar de ver la película. Al escuchar esto Oscar comenzó a ser más insistente causando sospecha en él, este comenzó a preocuparse y entonces cayó al suelo. Fanny había golpeado su cabeza con una vara de metal, haciendo fluir un rio de sangre a través de la herida. Oscar cayo en shock al ver como su compañero se desangraba lentamente desde el suelo, entonces ella lo señalo firmemente con su dedo diciendo “No perderé más tiempo, acabemos esto de una vez”.

De nuevo tomaron el cuerpo del doctor el cual pesaba cada vez más, y lo llevaron hasta el horno. Oscar ya no quería continuar pero la joven se portó hostil, obligándole a realizar lo que ella deseaba. Oscar siguió las ordenes como una fiel mascota, hasta que estallo desafiando las palabras de su dictadora “No lo haré” fue todo lo que dijo. Ella fijo su mirada en él, tomo la vara de metal en el suelo y blandió con esta, esperando un cambio en la decisión de su víctima. Él supo en ese momento que debía actuar, pero cometió una gran estupidez… corrió hacia la puerta, exponiendo su espalda. Indudablemente fue golpeado fuertemente con la vara de metal, justo en la cabeza.

Estefanny se perdió aún más entre la confusión y el desorden mental. Se dirigió de nuevo hacia el cuerpo del doctor y trato de subirlo hasta una plancha para poder meterlo dentro del horno. El cadáver caía una y otra vez al suelo ya que pesaba demasiado para ella, entonces comenzó a desesperarse cada vez más. Se frustraba como el cuerpo resbalaba de sus manos y no podía colocarlo en la plancha, estaba harta y solo quería terminar. Entonces escucho como la puerta de la morgue fue abierta… al girar miro a dos policías acompañados por Oscar, quien aprovechando la distracción de ella se había logrado levantar del suelo y correr por ayuda. La idea de ser detenida no la agrado a la chica, esta vez tomo un bisturí cercano a sus manos y ataco a los policías… sin éxito.

Su relato me cautivo indiscutiblemente, pero debo aclarar que ella no es la persona por quien comencé este escrito. Esa persona fue Ángel mi amigo el médico. Él trato de ocultar sus deseos porque yo conociera a la chica, diciendo que así pagaría una deuda. Siempre supe que no corrompería su ética tan fácilmente, la chica estaba destinada a la lobotomía. Él es el único médico que no pierde la esperanza en Estefanny, es por eso que me pidió tratar con ella… soy la única persona que él conoce, que pudo levantarse desde la demencia. Creo firmemente en que la chica puede salir del áspero letargo, yo caí aún más bajo y me levante.

Escribí esto porque la esperanza en los ojos de mi amigo logro tocarme, es lo demasiado noble como inclinarme ante esta. Las dadivas que él ofrece a la vida, hacen que su aura brinde la luz necesaria para que las personas perdidas en la oscuridad puedan refugiarse.

Un ángel cree en ti aunque tú lo hayas dejado de hacer.

7 comentarios:

  1. Esta es la tercer entrega de mi libro en proceso "Escritos de una mente ajena". Se puede apreciar un poco más del la vida del narrador. Es importante destacar que todas los relatos que ha escribiendo, formaran parte de las decisiones futuras... cuales afectaran su vida permanentemente.

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  2. Espero les agrade la lectura, todos los nombres que utilice son de personas que conozco. Fue agradable introducirlos a la historia.

    "Gracias Fanny jaja por permitir que te violaran jaja."

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  3. fanny

    eres un tonto, y oscar que?? chin minimo se hubiera quedado conmigo en el manicomio!!! jejejeje


    gracias por la historia!


    como era de mi, hasta corta se me hixo, no fue tan extensa y pesada como las le luna jejejejeejeje.

    nuevamente gracias,

    cuidate o te golpeare!!

    te kiero


    att. fannytesa

    esta si la entendi ejjeejejejeje!!

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  4. Me fascina cómo describes el cambio operado en Fanny a medida que avanzan las horas, el peso de la culpa que le hace más pesado el cuerpo del violador muerto, la desesperación que la impulsa... Y también lo que habla el narrador, las pistas que va dando acerca de sí mismo. De nuevo me haces pensar en Poe.
    Espero más y más. Engancha muchísimo.

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  5. Que bueno que te agrado. Esta historia ha sido la que mas tiempo me ha tomado escribir, de hecho termine antes la siguiente historia (el cadáver que lloraba) porque aquella cosa rondaba en mi cabeza y tenia que sacarla a la luz.

    Este es el escrito que se necesita leer, para entender mejor la siguiente. ¿Por qué? porque en la siguiente se pone a prueba la cordura mental del narrador. Realiza algunas citas de este escrito, y solo te puedo decir que la siguiente historia trata de un cuerpo carente de vida, que reclama ayuda a través de sus llantos.

    Tendrás que esperar hasta el 7 de octubre ajaj, cuídate y gracias por leerme de nuevo

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  6. Rubí

    Disculpa por no haber leido antes esta historia...
    De verdad me cautivo... No pierdas ese toque obscuro e interesante, atrae al lector a seguir leyendo de manera casi obsesiva.
    Cuidate mucho, un abrazo.

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  7. Hola señorita Rubí. Gracias por tomarte el tiempo para leerme. Tranquila que el día que pierda ese toque oscuro, abre perdido mi propia esencia.

    Ojala y puedas leer el 7 de octubre la siguiente historia... trata de un cadáver buena onda jaja.

    Un beso Rubí, por cierto lo que escribimos juntos jaja es de lo más leído en el blog.

    Cuídate.

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