Cuando aún era de noche,
cuando aún no había día,
cuando aún no había luz,
se reunieron,
se convocaron los dioses
allá en Teotihuacán.
Comenzando con la nada
desde allí crearon todo.
Tras ellos quedó el sol
tras ellos quedó la luna
tras ellos quedó nuestra calzada.
La ciudad misma,
al partir
fue su regalo.
Siempre me he sentido atraída por las creencias indígenas y disfruto mucho leer acerca de eso, tal vez esté de más, pero al leer esos versos, no pude evitar recordar un libro que me leí hace poco, "El Diosero" de Francisco Rojas González, deberías leerlo, te podrías inspirar y escribir más versos de éste estilo. Aaaah, los dioses, de la nada al todo, pero el todo es polvo, puro polvo... (Me acordé de la canción de Caifanes, Aquí no es así, jojo) Ya me voy, que ya me inspiré de más, saludos.
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