Se acelera mi pulso.
Hay agitación con cada respiro.
Las manos reposan sobre mi pecho
mientras me encuentro boca arriba.
Iracundo abro los ojos,
me toma instantes discernir si despierto estoy
o si soy sueño aún.
No me pidas que lo parle.
Cuando me cobije en tu abrazo después del letargo.
Cuando sobre tu piel retumbe mi corazón arítmico
y mis labios sellados estén.
No me pidas expeler palabras.
Esta lucha interna la llevo solo,
no hay más nada que decir.
Lo contrario a fantasías jugando a lo discreto.
Una conversación que no quieres oír.
Un dialogo que deseas no conocer.
Te pido callar sin cuestionar.
Si supieras cada tópico en mis sueños,
no volverías a verme igual...