martes, 13 de marzo de 2018

Singularidad

Me perdí entre tantos destinos pero justo ahí te pude hallar ¿cuánto más perdida estabas? que en mí encontraste un camino. Me perdí entre tantos abusos, que nunca entendí si siempre fui yo la sustancia. ¿Pues es que yo era el más nocivo o por qué sólo en mi la dependencia?

Tú miraste en mis ojos más allá de tu reflejo. Discerniste algo especial y me enseñaste a verlo. Allí empezó todo. Logré un solo estilo, al fin, era único. Por primera vez en la vida, me volvía alguien singular.

Decidí abolir mis excesos. Comencé por dejar la pesca de arterias con arpón. También abandoné el polvo estelar, degrade su magia a falsedad, e incluso, me negué a las ansias por el humo; el vapor de mi tren 4/20 rumbo a los sueños.

Todo este tiempo me perdí entre los senderos, aunque, más bien, en realidad me perdí tratando de escusar al sujeto del espejo. Aquel a quien nunca miraba de frente y sentía vergüenza de él. Entonces TÚ, me hiciste caer en mente propia, en quién podía ser, lo que podía lograr. Me mostraste un auto-concepto que comenzó a gustarme.

Desde ahí... inconcebiblemente, y gracias a ti, de las mujeres en mi vida ahora ya sabía sus nombres. El tuyo había sido el primero que aprendí, y el de mi madre, el primero que con un perdón lo pude conjugar.

Gracias por haber sido ese complemento en mi singularidad.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Frente a las olas

Cuando volví a mi lugar seguro, todo parecía igual que siempre mas no era ese sitio existente en mis memorias, esta vez era el real. El mar se mostraba pasivo, relajante y armónico. Las personas coloreaban el paisaje con sus atuendos, no importaba si andaban a prisa o si habían decidido disfrutar de la playa caminando.

Un enfoque inclusivo existía. Los insectos reposaban sobre mi piel y no me incomodaba. Aporreados, saltaban los peces sobre el oleaje; el ciclo de la vida no era interrumpido. Entonces, paso a paso él se acercó con un compañero canino. Me había encontrado con parte de mi pasado, y tras cambiar palabras con él pude reparar un conflicto interno. Me agradó escuchar quién ahora es...

Después volví allí repetidas veces durante mi retiro. Disfruté de la pesca y la escritura por la mañanas. Por las tardes compartí con viejos y nuevos amigos nuestro antiguo hábito; sentarnos a escuchar las olas y conversar. Incluso, ayudamos a un remolino de mar a devolver un par turistas que le harían indigestión.

Sí, lo sé. Yo lo sé. En mi lugar seguro todo sucede a la vez.
"Atardecer en bahía principal de Acapulco"

viernes, 13 de octubre de 2017

La pregunta

Después de atascar nuestras bocas con el sabor del otro. Despues de saturar nuestra piel desnuda con un sudor expelido por ambos. Después de sólo hacer esto sin compromisos, y siempre, en la privacidad de una alcoba. La invitación a un beso en público se convirtió en la pregunta.

Todo fue resumido a ese momento, era un sí o un no depositado en si existiría afecto al juntar nuestros labios, un afecto, fuera del contexto lúbrico. Entonces la acción que tomé no fue lo que ella esperaba. Mi beso, fue una respuesta distinta por cada versión de mi ser...

Imagen de signo de interrogacion, marca de pregunta en color rojo
"La pregunta"

domingo, 17 de septiembre de 2017

En el exilio

Nadie me conocía, nadie sabía lo que yo había hecho. Me encontraba en un oasis en medio de la nada, en una playa distante a mi hogar, allá, fuera de mi pasado y presente. Aparté los ojos de mi copa vacía y divisé el mar. Dos féminas se bañaban sin ropa, lucían alegres, eso me hizo cuestionarme "¿de qué escaparán?". Todos allí lo estabamos haciendo, todos habíamos huido a refugiarnos en ese exilio, ¿ellas, de qué lo harían?.

Decidí dejar de divagar. Suspiré para volver en mí, pero como el aire apestaba a hierba no pude hacerlo. Volví a tratar de enfocarme aunque ahora era la música extraña, sin importarles el apasible ronroneo del mar, subían el volumen irrumpiendo el ambiente. También, el constante intento por venderme pulseras me fastidiaba; mi asiento era rígido; la arena irritaba mi piel; y el sol, ahora se sentía como un infierno calcinante: azotando con su furia incluso a través del techo de palma. Cada vez iba agregando más cosas negativas, parecía que cualquier estímulo me molestaba, entonces, caí en cuenta, me pregunté, "¿y si quizás no es el lugar?, tal vez, ser yo mismo es lo que me incomoda".

La idea me mantuvo estático unos minutos. Pasé saliva, enjugué mi frente con una servilleta y me acerqué a la barra para pedir un trago más. Mientras esperaba una de las mujeres que había visto nadando me abordó por la espalda, ¿qué te trae por aquí?, preguntó con voz dulce y un acento francés. Dudé un momento en responderle o en simplemente ignorarla. Volví a suspirar, la miré a los ojos sin reparar en su piel desnuda y le dije altivamente "lo mismo que a ti". En seguida sentí su desprecio y disgusto mas preferí ignorarla, antes de irse dijo algo en su idioma con un tono hostil. Yo, sólo bebí mi licor de un golpe, y salí caminando hacia la orilla del mar en busca de otro lugar... 

Empatizar con alguien aún me seguía aterrando.

viernes, 13 de enero de 2017

Oscuro reflejo

Siempre pido un descafeinado cuando me refugio en la cafetería. Una vez por semana de 7 a 8 de la noche, me gusta mirar mi reflejo en el café. Lo contemplo antes de beber un poco y luego escribo lo que vi en él... las hojas en mi libreta ya guardan bastante de lo que he mirado allí.

Yo, me pierdo y recuerdo, hallo todas las memorias entre mi caos ordenado.

Foto de lista con cosas por hacer para cambiar mi destino
"Lista de destino"

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