viernes, 21 de diciembre de 2012

Escrito con cariño

Entre cervezas y risas falsas respiro con dificultad. Necesidades bacías, pobres ambiciones y gustos carentes de singularidad se comparten entre aquellos presentes.

Palabras inciertamente navegan el aire esperando ser convertidas en mensaje. Y si tu mala fortuna intercepta alguna, apreciaras la ausencia de razón en ella. No son más que un modo ruidoso de llamar la atención.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

La dama dormida

Caminé hacia el mar, sabiendo que iba a encontrarla. No sabía como sería, pero al verla, entender que era ella se daría solo.

Crucé con cautela sobre la arena, paso a paso abandoné cada huella como rastro. Y no me apresuraba, no había razón, ella estaría ahí.

Deambulé por horas, el Sol caía en el horizonte, se hacía uno mismo con el océano. Fue que al llegar al borde visible en la bahía, me encontré frente a un muro de rocas.

Al verlas, tome la decisión de no detenerme, que algo dentro de mí necesitaba indagar, saber, descubrir, su lado opuesto antes de la luz del astro perder.

Escalé, piedra a piedra. Quería encontrar mi destino, allí, en ese justo instante, en ese preciso momento, sin postergar, pues el tiempo caía, apresuraba mis ansias.

Llegué a la cima y al fin la vi… musité su nombre sin siquiera conocerlo. Era ella, solo ella. Entonces descendí presuroso la pendiente, sin precaución, dispuesto únicamente a estar a su lado.

La miré fijamente y con afecto a los ojos, pude intuir que me esperaba. Quería mirarme antes de la Luna ascender, y yo, estaba ahí, total y absolutamente para ella.

Tomé a mi dama varada, mi dama casi dormida, la tomé con mis manos, y sin importar cuanto desbordara de mi piel, la abracé.

Se sentía tranquila, logró mirarme en los últimos instantes de la puesta cromática. El Sol se ocultaba, se llevaba con él sus suspiros. Los hacía más lentos, más profundos, más hermosos.

La tomé una vez más entre mis brazos, sin importar que desbordara de mi piel. Me preparé para dejarla ir, me preparé para aceptar que la brisa no cesaba de rogar su ser…

Antes de partir, abrió sus grandes ojos cristalinos. Pude reflejarme en ellos, supe que parte de mi moría con ella. Suspiró una última vez, llenó sus pulmones de aire, y cerró los ojos al partir con el ocaso…

Así fue la primera vez que vi a mi dama dormir, nunca olvidé su belleza. Sin ser más que un cetáceo varado después de la tormenta, resultaba todo para mí. Inmensa, majestuosa, perfecta, y al mismo tiempo, inerte.

Así fue que nunca dejó de despertar en mis sueños, realmente se quedó conmigo, y me dejaba verla dormir una y otra vez, antes de que yo despertara. Así fue, así fue…

jueves, 15 de noviembre de 2012

Oda latente

Voy a empezar con una canción, 
con líricas armónicas 
quiero hacerte oír los latidos de mi corazón. 

Al continuar con poesía tatuar tu piel, 
que de mis manos el plasmar los versos 
y de los versos el acariciar de tus sentidos.

Cuando recites al espejo las letras vertidas de amor, 
sin duda pronto sabrás, 
que nada más a mi reflejo en tus pupilas seguro hallarás. 

Pues será ahí y sólo ahí será, 
donde el apreciar dará lugar 
a mis palabras en tu alma poder retumbar.

Y si al escuchar tu palpitar mi nombre murmurado logra entenderse, 
seguro es porque también mis labios de tu aroma, 
no quieren desprenderse…




sábado, 6 de octubre de 2012

Prisión de notas

Esa pieza no dejaba de sonar en mi cabeza a pesar de nunca antes haberla escuchado. Parecía tener vida propia, retumbaba una y otra vez con mayor intensidad. De pronto, la respiración comenzó a faltarme, conforme corría el tiempo se hacía más difícil retener el aíre en mis pulmones. Mi vista se nublaba, mis sienes y mi corazón palpitaban agresivamente. Fue inevitable lo que sucedió, apenas pude dar unos cuantos pasos más y me desvanecí frente a un pórtico.

Desperté y ella estaba ahí, justo delante de mí la más prestigiosa pianista. Me sonrió con ternura y pronunció en mi oído “te estaba esperando”. Una sensación paralizante se apoderó de mí, no supe qué pensar. En seguida ella me levantó para después colocarme frente a su piano y me dijo “toca, yo te diré las notas”.

Por extraño que fuera, comencé a seguir sus instrucciones. Plasmé cada nota que sus labios reclamaron hasta convertirlas en la más hermosa de las sonatas. Quede maravillado, era la misma melodía que retuve en mi mente, entonces supe que tendría que ser mía. Sin mayor preámbulo ella ofreció obsequiármela pero antes, necesitaba estar segura de mi compromiso con la pieza. Hicimos un pacto. . .

Dibujo de nota musical con colores de fondo

domingo, 23 de septiembre de 2012

Pero... ¿por qué no puedo poseer una estrella?



“Odio que nadie me crea cuando les digo, que lo que más deseo en este mundo es poseer una estrella." Con esas palabras él finalizó hoy la sesión con Karen, su psicóloga favorita. Cuando se sentía triste la iba a ver, así llevaba más de cuatro meses yendo por contrato a sus servicios pero no había podido olvidarse de la absurda idea. Para esta ocasión, ella le propuso indagara en el por qué de su obsesión...

Entonces el chico llego cabizbajo a su casa, ya obscurecía y como siempre no había nada entretenido en la televisión. Hoy había sido un día pesado, asistió con tres psicólogas a lo largo del día y con todas tuvo que mentir, pues nunca se permitió aceptar la realidad. Aunque mentir lo agotara, decidió que después de tanto tiempo con el mismo problema, ya era hora de que comenzara a buscar respuestas dentro de él, sin importar el cansancio.

Apago la luz de habitación y se recostó en su cama sin siquiera cenar. La relajación poco a poco vino a él, y fue que empezó a enfrentar realmente lo que desde hace mucho no se atrevía. Su primer pensamiento, el cual resultó muy lógico, fue que tal vez, sólo tal vez debería ir a tres sesiones a la semana con una sola psicóloga y a pegarse a ella sin recurrir a otras. Aunque tras pasar unos minutos y pensarlo bien, se dio cuenta que con esas frecuencias seguro muy pronto se iba a quedar sin dinero en la bolsa.

Le fascinaba la vida ostentosa, la solución anterior jamás sería viable. Desecho el pensamiento y siguió con balbuceo durante un rato, hasta dar con el plan de crearse otra obsesión, “ehmm… mejor no” inmediatamente se respondió. No iba a ser solución duradera, por lo tanto necesitaba cambiar sus estrategias radicalmente. Al cabo de varios intentos, ideo otra, raptar a una estrella cuando obscureciera para así poder poseerla…  y sin muchos preámbulos se dio cuenta de los problemas legales que le traería el robar algo de semejante importancia, seguro alguien lo iba a notar.

Perseverante lo intento una y otra vez, y por último pero para nada menos importante, considero fuertemente acudir a terapia por primera vez, es decir; conocía a tres psicólogas, a lo mejor y alguna podría ayudarlo. Siguió pensando un poco más y dijo “No. En realidad no me siento mal con mi sueño, únicamente me he frustrado por no conseguirlo” después de decirse eso se dio cuenta de que por fin estaba feliz con él mismo. Se convenció de que no era malo desear poseer a una estrella porno, otras personas lo hacían. Incluso sus tres clientes psicólogas, se excitaban en demasía al ver videos de dicha estrella con otra mujer.

Suspiró profundamente y después de levantarse de la cama, camino al espejo sonriendo. Analizó las cosas un poco más y decidió no volver a tener psicólogas como clientas, estas no hacían más que traerle problemas, así que tomó el teléfono para hacerlas saber de su decisión. Ellas se enojaron mucho pero no importaba, bastó con volver a venderse con nuevas clientas quienes pagarían más...

Por cierto, sé que tal vez no esperabas un final así pero que más da, sonríe, yo lo hice mucho mientras escribí para ti. 


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