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martes, 22 de marzo de 2011

Necesito más de lo que expreso

Te sientes triste, con falta de ánimo y no quieres aceptar tu realidad. Te obligas a tener que salir con tus amigos a algún club nocturno. Prefieres salir con ellos sin aceptar que la razón real de tu salida, es conseguir amor. Te escudas en que solo quieres sexo fácil, pero dentro sabes que necesitas sentirte deseado… necesitas sentirte sentimentalmente importante para alguien más. Llegas al club tratando de expresar lo mejor de ti, buscando una mirada de interés entre los rostros de las chicas presentes. Comparas tus opciones y decides arriesgarte por la mejor postora, pero aun así no suprimes las demás oportunidades, dentro ti tienes miedo de quedar solo al final de la noche.
Miras los ojos de una de ellas, fingiendo que hay química entre ambos.  No te interesa pensar si aquel objeto necesita también de alguien más o si solo quiere divertirse, prefieres apegarte a la ilusión de que eres especial. La observas detalladamente mientras la invitas a bailar. Al admirar su cuerpo te das cuenta de que no tienes a una mujer enfrente, solo estás viendo a un trozo de carne con el cual trataras de saciarte. La besas un poco mientras bailas, ignorando así sus defectos. Después de probar sus labios, reconsideras tus opciones. A veces decides terminar la canción y seguir con otro objeto, si es que tienes el lujo de portarte exigente. De todos modos al final te da igual quien sea, solo no quieres estar solo en la noche. Tomas en mente a la chica más segura en compartir contigo, fijando tu atención en ella. Sigues ingiriendo alcohol, como si lo necesitaras para decidir arriesgarte con aquella mujer. Únicamente bebes, para poder justificar tus acciones después. Inicias a besarla otra vez y dejas que la noche continúe su rumbo.
Abres los ojos a la mañana siguiente, volteas a un costado, y te das cuenta de que has intimado con alguien que ni siquiera te gusta un poco. Lo peor es ese bajón emocional, que te produce saber que necesitas de aquella persona a tu lado, para sentirte amado. Muchos lo llaman sobriedad, pero la verdad es que va más allá. Es un sentimiento de vacío, que te obliga a dirigir unas palabras a aquella persona antes de despedirte, con tal de tratar de aminorar la carga emocional que llevas dentro. Es cruel saber que mientras más vacía es tu vida, más tiende a pesar.
Ya no quieres necesitar sentirte amado, ya no quieres necesitar a alguien más. La necesidad te ha doblegado tanto, que ya no juzgas al objeto que te puede brindar amor. Sabes que has estado con menores de edad, has tocado la mujer de otro, incluso has compartido con quienes te provocan asco. Nada de esto te importa al final, con tal de sentirte amado. Necesitas poder empezar a amarte a ti mismo. Necesitas tener una razón, que te haga sentir que vives. Solo sabes que no quieres seguir así, pero no encuentras otra forma de sobrevivir. Sé que a veces te preguntas, si de verdad vale la pena vivir.
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